viernes, 12 de julio de 2013

REFLEXOLOGÍA Y DIGITOPUNTURA, UNA NOTA PARA QUE ENTIENDAS SUS BASES Y CONCEPTOS

La digitopuntura es un tipo de masaje oriental en el que los dedos ejercen presión sobre ciertos puntos particulares del cuerpo, con el propósito de aliviar los dolores, la tensión y la fatiga, así como los síntomas de algunas enfermedades. La digitopuntura se aplica en alrededor de 100 puntos de los 361 que poseen los 14 meridianos regulares de acupuntura. La ciencia occidental ha demostrado algunos de los principios neuroquímicos del mecanismo digitopuntural. Aunque hasta el presente no existe un modelo que explique el complicado modelo acupuntural desde un punto de vista general, todos los investigadores coinciden en afirmar que la digitopuntura es un método que se fundamenta en el balance de las energías bioeléctricas del cuerpo, por lo que no sólo induce cambios de energía, sino que provoca a su vez, cambios neurológicos, vasculares, químicos, musculares y otros. La observación de una marcada disminución del estrés y del dolor, luego del tratamiento de digitopuntura en diferentes dolencias y enfermedades, así como un sustancial ahorro de medicamentos anestésicos unido a su inocuidad, han sido ampliamente comprobados en occidente. La reflexología o reflexoterapia opera a través de las zonas reflejas o puntos nerviosos interconectados con zonas alejadas del cuerpo. Cada órgano del cuerpo tiene un punto preciso en el pie, que es su reflejo y desde el cual puede ser estimulado. Como parte del arte de la medicina, la reflexoterapia tiene gran valor tanto en la prevención, como en el diagnóstico y tratamiento de las dolencias, cualquiera que sean sus causas y manifestaciones. Su papel preventivo se explica porque equilibra la energía del organismo y por lo tanto contribuye a evitar males posteriores. Al presionar la zona refleja de un órgano éste experimenta dolor o sensibilidad, mediante lo cual sabemos en forma exacta. que órgano está funcionando correctamente y cuál tiene deficiencia, alteración o bloqueo, lo cual se traduce en enfermedad, debido a la acumulación de toxina y de tensiones. Al efectuar el masaje a las zonas reflejas en los pies se produce una activación, la que se traduce en una mayor irrigación sanguínea, aumentando el transporte de un conjunto de sustancias nutritivas, oxígeno, energía, hormonas; anticuerpos y contribuye a la eliminación de las toxinas del organismo. En lo psíquico y emocional, relaja al enfermo y disminuye el stress; generalmente se produce una catarsis. La reflexoterapia es una tratamiento no violento, al contrario, muy agradable. Estimula el poder curativo latente en el cuerpo o "Natura medicatrix" y se ajusta al mandato hipocrático de "Sanar sin dañar". No necesita de aparatos sofisticados y caros. Se usan solamente las manos. Puede darse en cualquier lugar. La reflexoterapia puede ser practicada por toda persona que tenga interés en ayudarse y ayudar a los demás; pueden ser médicos, dentistas, matronas, kinesiólogos, paramédicos, dueñas de casa, etc. La reflexoterapia no es una panacea, no se debería dejar de consultar a un médico, si es necesario. En 1913, el médico norteamericano, William Fitzgerald, publicó un libro tituladoZone Therapy. En esta obra, el cuerpo humano aparecía dividido en diez zonas longitudinales, cinco a cada lado, que iban desde la cabeza hasta los dedos de las manos y los pies. El doctor Fitzgerald localizó en estas zonas unos puntos muy precisos que eran sumamente sensibles (e incluso dolorosos) cuando se les aplicaba una presión. Sostuvo que presionando determinados puntos de los dedos de las manos y los pies se podían aliviar los dolores de ciertas partes del cuerpo situadas en la misma zona. En los años treinta, Eunice Ingham, fisioterapeuta norteamericana, combinó sus conocimientos de las técnicas terapéuticas chinas, que emplean la presión y el masaje de ciertas áreas del organismo, con el trabajo sobre las zonas del cuerpo del doctor Fitzgerald, y desarrolló una técnica para la recuperación física que concentra la energía del cuerpo con fines terapéuticos. Al aplicar esta técnica a sus pacientes, Ingham descubrió que los pies respondían mejor que las manos al tratamiento, que tiene por objeto una mejora global del funcionamiento del organismo. Con el tiempo trazó mapas de los pies en los que aparecían las zonas y los puntos de presión de todo el cuerpo. Antes de su muerte, acaecida en 1974, su infatigable trabajo y entusiasmo se vieron recompensados al ser reconocida la reflexología, palabra con la que se conoce la técnica que inventó, como una ciencia. La terapia zonal, los masajes de los pies, la reflexología y la digitopuntura trabajan con los mismos principios que la acupuntura, la antigua terapia china que se basa en la creencia de que las enfermedades son causadas por un desequilibrio de la energía. En la acupuntura, determinados puntos del cuerpo son estimulados mediante agujas, de manera que la energía bloqueada es liberada y dispersada. En vez de emplear agujas, la digitopuntura usa técnicas de presión con los dedos para deshacer los bloques de energía y los depósitos de calcio que en situaciones de estrés se acumulan en el tejido muscular. La presión con los dedos es un método simple, seguro y extremadamente eficaz para relajar y liberar estos bloques. En la actualidad, los reflexólogos trabajan principalmente con los pies (y algunas veces con las manos y otros puntos -meridianos- del cuerpo), aplicando una presión constante y profunda con el pulgar o el índice sobre un área que comprende casi todo el pie y parte del tobillo. Al localizar un punto sensible en el pie, el reflexólogo puede determinar en qué parte del cuerpo existe un problema. Por regla general, la intensidad del dolor está en relación directa con la magnitud y duración del problema. Cuando se produce una mejoría de las funciones corporales, el punto sensible del pie deja de doler. La reflexología hace maravillas con los pies. Puede utilizar técnica en usted mismo o trabajar en los pies de otra persona. Puede hacerse en casa o en la oficina. Un rápido masaje de diez minutos revitaliza el nivel de energía y le indica qué zonas del cuerpo no son tan productivas como debieran serlo. El mapa de reflexología que se incluye en este tema señala los diferentes puntos de los pies y los órganos que se corresponden con ellos. El masaje podal: cuando trabaje en sus propios pies, siéntese en una postura cómoda, con el pie derecho apoyado sobre la rodilla izquierda (puede empezar con el otro pie, si así lo desea). Si está trabajando en los pies de otra persona, haga que se siente cómodamente en un sofá o en el suelo, con las piernas estiradas y los pies rectos. Asegúrese de que tanto usted como la otra persona están cómodos. Sostenga el pie con una mano y utilice el pulgar o el índice de la otra para aplicar una presión constante, haciendo un movimiento circular. Puede utilizar polvos de talco para absorber la humedad de las manos y los pies. Comience aplicando la presión en la parte superior, los lados, la punta y la parte inferior del dedo gordo. Trabaje la planta del pie hasta llegar al talón. Dé un masaje general a todo el pie, masajeando con los pulgares, y note los puntos sensibles. Si se experimenta dolor en un área determinada, es señal de que la zona correspondiente del cuerpo no está funcionando de manera correcta y conviene corregir la anomalía (consulte el mapa de reflexología para ver las zonas correspondientes). Observe el rostro de la persona en cuyos pies está trabajando para descubrir señales de dolor intenso o de simple incomodidad. Reduzca la presión si hay mucho dolor, pero fíjese en los puntos dolorosos. Cuando haya terminado de trabajar los dos pies, repita el masaje brevemente, para liberar los nudos de los músculos. Si un punto resulta muy doloroso, dé un masaje en el área circundante. Recuerde que hay que trabajar suavemente. El masaje excesivo sobre estos puntos dolorosos puede ser contraproducente y más perjudicial que beneficioso. Sin embargo, puede trabajar estos puntos en la próxima sesión de masaje. Vuelva a los dedos del pie y trabaje el resto del pie hacia el talón. A continuación, trabaje la parte superior del pie. Mientras realiza el masaje, no olvide fijarse bien en los puntos dolorosos. Puede acabar la sesión masajeando y frotando todo el pie y el área del tobillo.

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